Silencio

Del primo Hernán nadie hablaba. Ernestito no entendía por qué, pero imitaba a los adultos. Si los grandes guardan silencio él también debía hacerlo. Pero esa Nochebuena Ernestito rompió la regla. Como cada navidad sus padres, sus primos y sus tíos cenaban en la gran casa de la Abuela. Ernestito preguntó si en el cielo los chicos también brindan con jugo. Su madre lo sacó de la mesa y lo regañó en privado. La tía Ana se puso a llorar.


Leer al azar otro micro relato.