Rencor

De rodillas y en el rincón Sofia repetía el Padre Nuestro. Había dicho una blasfemia en la cena y de una oreja la Abuela la arrancó de la mesa. Debía repetir cinco veces la sagrada oración para que Dios la perdone. Los otros niños continuaron comiendo en silencio. Cuando Sofia terminó la Abuela le permitió volver a comer. Dios estaba en paz con ella, le dijo la Abuela. Sofia se sentó en la mesa. Pensó en Dios. Y pensó en su hermano. Lo recordó pálido dentro del cajón. La imagen le quemaba la retina. El pronunciar su nombre le lastimaba la garganta. Recordó al cura frente al cajón hablar de los misteriosos caminos del Señor, esas palabras le profanaban el oído. Pensó que podía ser que Dios esté en paz con ella. Pero sabía que ella no estaba en paz con Dios.


Leer al azar otro micro relato.