Lágrimas viejas

Cuando la vio empezó a llorar. Su nieta, el año anterior, jugaba con muñecas. Rímel, pintalabios, aros y vestidos eran ahora sus nuevos juegos. Lágrimas añejadas en la angustia de una década surcaron sus arrugas. Las nenas no deberían jugar a maquillarse. No deberían jugar a ser mujeres. Su nieta la miró sin comprender. Era la primera vez que veía llorar a la Abuela. Cómo iba a comprender la criatura un dolor tan antiguo. Cómo iba a comprender que esos juegos, a veces, terminan en la sepultura.


Leer al azar otro micro relato.